Reporte del tiempo para quien está lejos
Precipitaciones continuas
desde la mañana hasta la siesta.
Ahora salió el sol. Te pienso.
Y pienso en Malatesta*,
en su miedo de que un día
planifiquen la lluvia.
*Gracias, Hernán, por presentármelo.
desde la mañana hasta la siesta.
Ahora salió el sol. Te pienso.
Y pienso en Malatesta*,
en su miedo de que un día
planifiquen la lluvia.
*Gracias, Hernán, por presentármelo.
Labels: la vida misma, miniaturas
7 Comments:
Si algún ente superpoderoso planificara las lluvias, le enviaría una nota formal en tercera persona, escrita con mi siniestra y una pluma cucharita en grueso papel y le pediría que lloviera una semana por mes. A pesar del barro, el frizz de mi pelo y el dolor de articulaciones. Le exijo al clima que, por lo menos siete días, se acople a mi tristeza y me abrigue calándome los huesos.
La lluvia - y sobre todo para los del desierto, los que la vemos poco - tiene una atracción especial: ¡quisieramos que viniera más seguido!
Pero planificada,¡sería horrible! Perdería parte de ese encanto que le da personalidad propia: viene cuando quiere y muy de tanto en tanto.
De todos modos, siempre trae saudades...(¡Oh Rosalía!)
...y un valor agregado de las lluvias es que casi siempre(casi siempre)confirman que a algunos meteorólogos, sólo puede creérseles cuando cuentan del "tiempo"(que hizo ayer!).
Las gotas de lluvia son una especie de lágrimas del cielo...le parece Fragaria? ( y perdón por la obvia pero osada(en su blog!) disgresión poética...
La lluvia es una de las armas de las que se vale la naturaleza para avisarle a los humanos que no pueden tener todo bajo control. La lluvia hace lo que quiere, cuando puede. Saludos.
Hugo Mujica dice algo como que la lluvia tiene el encanto de la gratuidad, de la ofrenda. La lluvia se nos ofrenda. Si tomamos en cuenta que somos gente del desierto, está bien. Si viviéramos en zonas inundables, sería otra la historia. Por lo pronto, yo disfruto cuando puedo (el sáb lo hice) y padezco cuando no puedo evitarlo.
En cuanto a don Malatesta, cada día me gusta más. Y también le agradezco a Hernán la presentación. (para que te pongas celosa: a mí me lo presentó en LIBRO)
Para mí una buena lluvia, es como una buena ducha: me lava, saca esos brillos que me opaca el sol. Me da una tristeza lúcida que es casi tan buena como la alegría.
Aparte el cielo se llena de los colores del mar y a ése sí que no lo vemos casi nunca.
Un beso a todos los amantes de la lluvia que ha convocado esta entrada.
y así un motivo más para confirmar que el mundo sería mejor sin paraguas
=)
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