The Nightmare After Christmas
Soñé con Fito Páez. Daba un concierto íntimo en un lugar incierto. De repente paraba, enojado, porque una nena en el público no le estaba prestando atención. Yo después me acercaba y le decía: Estoy leyendo tu novela. Todo bien con que escribas, pero está plagada de faltas ortográficas. Él, sin inmutarse: Es política de la editorial, me respondía.
Más tarde me encontraba con una abogada que estaba abocada a la tarea de refrescar hipopótamos con una manguera. Se la veía agotada a la abogada y me rogaba que la relevara en la faena. Yo accedía por un rato, pero después me arrepentía, creo.
El mundo de los sueños es muy extraño, Jack. Sigo algo confundida. No sé a qué número jugarle.
Más tarde me encontraba con una abogada que estaba abocada a la tarea de refrescar hipopótamos con una manguera. Se la veía agotada a la abogada y me rogaba que la relevara en la faena. Yo accedía por un rato, pero después me arrepentía, creo.
El mundo de los sueños es muy extraño, Jack. Sigo algo confundida. No sé a qué número jugarle.
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