La sueñera sin fobias
Eran muchísimas arañas cristalinas, salían de los cuadros. Yo no tenía miedo (cosa rara) solamente retrocedía y les dejaba espacio. Debe ser que desde que presencié en vivo y en directo el tejido milenario de la tela -todo un documental improvisado en mi patio-, las miro con otros ojos. Incluso cuando los tengo cerrados.
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