Si vuelvo a ver un móvil en directo desde el Frank Romero Day con el "minuto a minuto" de los preparativos de la Fiesta máxima de los mendocinos, juro que grito.
No es de vida o muerte saber cuántos foquitos se prenderán en cuántas cajas lumínicas, cuántos kilos de gomaespuma hay invertidos en racimos gigantes y demás muñecos autóctonos, ni cómo intentan las candidatas coordinar dos pasos de folklore.