Sueño con serpientes
Lo que a primera impresión era un granito en el pómulo izquierdo del rostro, impresionaba más a segunda vista. Al apretarlo, iba saliendo -en vez de la blancuzca materia- una grisácea y resbalosa viborita de apenas unos centímetros de largo. Así cinco veces. Y yo, horrorizada, imaginando dónde estuvieron gestándose hasta entonces; pensando si habría algunas más en el macabro stock de pesadilla que resultó mi cuerpo. Después venía un médico (igualito a Foreman) y me auscultaba, tomaba el pulso e informaba que tenía ¡500 latidos por minuto!
Hace un par de días que no veo Dr. House. Seguro esto fue un guiño de la abstinencia.
Hace un par de días que no veo Dr. House. Seguro esto fue un guiño de la abstinencia.
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