Lazarillo de Torpes
De atolondrada, ella
vuelca siempre una gota de café al retirar la taza del microondas/
arrebata el aceite vegetal en la sartén aún sin cebollas/
golpea por dentro el escritorio al cruzar la pierna/
equivoca -religiosamente- los tiros triples al basurín del estudio/
estrella sus cortas extremidades contra los marcos de las puertas/
zangolotea el final de la persiana al acomodar papeles/
confunde el compartimento de jabón del lavarropas/
pierde ideas brillantes justo antes de tenerlas/
De reflexivo, él
intuye un nosequé/
la ama, todavía/
y se arma de paciencia/.
Labels: la vida misma
5 Comments:
Fragaria, "ella" podría ser cien veces más torpe, y "él" igual seguiría siendo su lazarillo. ;)
Vuesa merced: no hay Lazarillo que no ame a su ciego. ¿Quién guía a quién? ¿Quién camina hacia el toro de piedra de la rutina hasta estrellarse sin remedio? Lo hermoso es que van juntos, con los ojos cerrados y los corazones abiertos.
Por sólo ese título -que tantas carcajadas me ha arrancado todos estos días- vale la pena esta hora de ciber. En cuanto al texto, debo decir que me resultó muy atractivo por varias razones, la más importante: el uso de la enumeración caótica, recurso que conmigo siempre -o casi- funciona.
...Lo que evidencia que quizás no exista la torpeza en estado puro...o que el amor solo existe en estado de paciencia...
Gracias por volver
Gracias...
(paseando por la red me detuve por acá y lo seguiré haciendo)
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